O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

martes, 15 de junio de 2010

Narciso

Ayer fui al cine, ilusionado por ver la última adaptación a la pantalla de la obra Oscar Wilde "El retrato de Dorian Gray", un canto al placer y la belleza, donde el hedonismo es religión, lo que siempre es un buen cimiento para levantar una obra solida.

Pero mi gozo en un pozo, todo se queda en agua de borrajas. Una películita que pretende ser de terror y "sórdida, oscura y carnal". El director juega con las metáforas sobre la tentación, la maldad y el diablo (atención a la primera vez que Dorian visita un burdel) ofreciéndonos un protagonista más vicioso (y bisexual) que nunca. Todo se le queda en un saco de basura adornado con música estridente y pretenciosa.

En fin, que me quedo con la versión que Albert Lewin hizo en 1945 y de paso recomiendo al director, que comete tamaño disparate, lea el prefacio que Oscal Wilde escribió para añadir a su novela y responder a las criticas recibidas por parte de "los que saben" tras la edición.







Claras fuentecillas,
pues murmuráis,
murmurad a Narciso
que no sabe amar.
Murmurad que vive
libre y descuidado
y que mi cuidado
en el agua escribe;
Que pena recibe
si sabe mi pena,
que es dulce cadena
de mi libertad.
Murmurad a Narciso
que no sabe amar.
María de Zayas y Sotomayor




Caravaggio - Narciso

Liebestraum
Franz Liszt












El retrato de Dorian Gray
(Prefacio)
Oscar Wilde


El artista es creador de belleza.

Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte.

El crítico es quien puede traducir de manera distinta o con nuevos materiales su impresión de la belleza. La forma más elevada de la crítica, y también la más rastrera, es una modalidad de autobiografía.

Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza.

Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.

No existen libros morales o inmorales.

Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.

La aversión del siglo por el realismo es la rabia de Calibán al verse la cara en el espejo.

La aversión del siglo por el romanticismo es la rabia de Calibán al no verse la cara en un espejo.

La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Incluso las cosas que son verdad se pueden probar.

El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo.

Ningún artista es morboso. El artista está capacitado para expresarlo todo.

Pensamiento y lenguaje son, para el artista, los instrumentos de su arte.

El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor.

Todo arte es a la vez superficie y símbolo.

Quienes profundizan, sin contentarse con la superficie, se exponen a las consecuencias.

Quienes penetran en el símbolo se exponen a las consecuencias.

Lo que en realidad refleja el arte es al espectador y no la vida.

La diversidad de opiniones sobre una obra de arte muestra que esa obra es nueva, compleja y que está viva. Cuando los críticos disienten, el artista está de acuerdo consigo mismo.

A un hombre le podemos perdonar que haga algo útil siempre que no lo admire. La única excusa para hacer una cosa inútil es admirarla infinitamente.

Todo arte es completamente inútil.







El retrato de Dorian Gray
Albert Lewin (1945)



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