O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

martes, 22 de septiembre de 2009

Nos jours heureux

Hoy, 22 de septiembre, a las 17:44 horas
exactamente
en el hemisferio norte comienza el otoño
y se quedará con nosotros durante 89 días y 20 horas,
seguramente
hasta el solsticio de invierno.

Esta noche durará lo mismo que el día,
y a partir de hoy las tardes pintaran
reflejos de oro
y el suelo vestirá un manto de hojas muertas,
eterno retorno.

Y yo, lo sé, seguiré caminando.
Y tú, también lo sé, seguirás a mi lado.


John Atkinson Grimshaw - The Lovers


OTOÑO
Juan Ramón Jiménez

Esparce octubre, al blando movimiento
del sur, las hojas áureas y las rojas,
y, en la caída clara de sus hojas,
se lleva al infinito el pensamiento.

Qué noble paz en este alejamiento
de todo; oh prado bello que deshojas
tus flores; oh agua fría ya, que mojas
con tu cristal estremecido el viento!

¡Encantamiento de oro! Cárcel pura,
en que el cuerpo, hecho alma, se enternece,
echado en el verdor de una colina!

En una decadencia de hermosura,
la vida se desnuda, y resplandece
la excelsitud de su verdad divina.


Juan de Ávalos - Tumba de los amantes de Teruel



Nuestros días felices

Sonríes al ver cómo me pierdo,
al encontrarme tan decaído.
Te gustaría ver que los días felices
se detienen bajo tu techo.

Yo ignoro, lo sé,
lo que me hace quedarme.
Tú ignoras, lo sé,
que se puede morir por amar.

De esta forma, a veces la vida
se evapora bajo nuestros pasos,
se consume sin que la veamos
dejarnos fallecer.

Yo ignoro, lo sé,
lo que me hace quedarme.
Tú ignoras, lo sé,
que se puede morir por amar.


Cada noche que pasa
los vuelvo a ver:
esos días felices que tuvimos
cuando nos amábamos tanto.

Yo ignoro, lo sé,
lo que me hace quedarme.
Tú ignoras, lo sé,
que se puede morir por amar.

2 comentarios:

CANTACLARO dijo...

.

Qué bien que que estás de vuelta.

Este post es de mucha calma. La foto, los poemas, el video. Hay una, creo, dulce nostalgia.

Saludos,

Ana Lucía

.

José Mª dijo...

Es lo que tiene el otoño por estas tierras y no puedes hacer nada, se cuela dentro ti y por no se que extraña química pone la sensibilidad a flor de piel.

Encantado de reencontrare.
Max.