O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

El arte del amor



- 1º:





- 2º:

Caruso
Lucio Dalla

Aquí donde el mar reluce
y sopla fuerte el viento
sobre una vieja terraza
delante del golfo de Sorrento
un hombre abraza a una muchacha
tras terminar el llanto
y vuelve a dar comienzo al canto.

Te quiero mucho,
mas (pero) mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...

Vio las luces dentro del mar,
pensó en las noches allí en América
pero era sólo el reflejo de algunos barcos
y la blanca estela de una hélice .
Sintió el dolor en la música,
se levantó del piano
pero cuando vio la luna salir tras una nube
le pareció dulce también (incluso) la muerte.
Miró en los ojos la muchacha,
esos ojos tan verdes como el mar
luego de improviso salió una lágrima
y él creyó de ahogar.

Te quiero mucho
mas mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...

Fuerza de la lírica
donde cada drama es un falso,
donde con un buen maquillaje y con la mímica
puedes llegar a ser (un) otro.
Pero dos ojos que te miran
tan cercanos y tan auténticos,
te hacen olvidar palabras,
confunden pensamientos.
Así todo parece tan pequeño,
también las noches allí en América
miras atrás y ves tu vida
como la estela de una hélice.
Sí, es la vida que se acaba
sin embargo él no lo pensó tanto
por el contrario, se sentía ya feliz
y volvió a comenzar su canto.

Te quiero mucho
mas mucho, mucho, sabes...
es un cadena ahora
que funde la sangre en las venas, sabes...



- 3º:

- Parmigiana di melanzane
- Spaghetti a vongole
- Sfogliatelle
- Un Campi Flegrei del 99

Para terminar con un limoncello, una sonrisa picara y el roce de seda de un pie descalzado buscando bajo la mesa.


Y si todo esto no fuera suficiente, siempre queda el viejo Ovidio.





Y como decía Bernhardt: "No olvides nunca que el primer beso no se da con la boca, sino con los ojos".


1 comentario:

CANTACLARO dijo...

Con manual...
con escenario, buena mesa...
Bué...
Bueno señor,
nada qué decir...

Besos.