«Ella vendrá en abril / cuando los arroyos bajan crecidos, rebosantes de agua de lluvia. / En mayo se quedará / descansando una vez más en mis brazos. // En junio cambiará de canción / y vagará por la noche sin reposo. / En julio emprenderá el vuelo / sin avisarme de su partida. // En agosto habrá de morir. / El viento del otoño silba frío y desapacible. / En septiembre recordaré / un amor que fue nuevo y que ya ha envejecido.»
viernes, 6 de marzo de 2009
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