O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

lunes, 29 de junio de 2009

Prospettiva Nevski






Perspectiva Nevski

Un viento a treinta grados bajo cero
barría las desiertas avenidas y los campanarios.
A ráfagas heladas de metralla,
desintegraba cúmulos de nieve.
Alrededor de los fuegos de la guardia roja encendidos
para echar al lobo y viejas con rosarios.
Alrededor de los fuegos de la guardia roja encendidos
para echar al lobo y viejas con rosarios.
Sentados en las gradas de la iglesia,
esperábamos tras la misa que saliesen las mujeres.
Mirábamos con expresión ausente
la gracia incomparable de Nijinsky.
Y luego de él se enamoró perdidamente su empresario,
y de los ballets rusos.
Y luego de él se enamoró perdidamente su empresario,
y de los ballets rusos.
Con mi generación pasé el invierno,
mujeres encorvadas sobre el telar en la ventana.
Un día en la perspectiva Nevski
me encontré por azar a Igor Stravinski.
Los orinales puestos bajo el lecho, por la noche
una pelicula de Eisenstein sobre la revolución.
Los orinales puestos bajo el lecho, por la noche
una pelicula de Eisenstein sobre la revolución.
Estudiábamos cerrados en un cuarto,
con débil luz de velas y candiles de petróleo.
Y cuando se trataba de hablar
esperábamos siempre con placer.
Y mi maestro me enseñó
qué difícil es descubrir el alba dentro de las sombras.
Y mi maestro me enseñó
qué difícil es descubrir el alba dentro de las sombras.


Escena de la Escalera de Odessa
de la película El Acorazado Potemkin
de Serguéi Eisenstein


2 comentarios:

Bastet dijo...

Tienes un blog muy interesante. Me encantó tu post. Y la última frase... "qué difícil es descubrir el alba dentro de las sombras"... es sencillamente, preciosa.

Un placer leerte :)

José Mª dijo...

Gracias.

Max