Un sueño largo, largo, un ya famoso sueño...
Emily Dickinson
Un sueño largo, largo, un ya famoso sueño,
que señales no da de que se está acercando el día,
pues no mueve ni un párpado el durmiente:
un sueño independiente y apartado.
¿Pereza como ésta se vio nunca?
En orilla de piedra,
bajo el calor, dejar pasar los siglos
y ni una vez mirar si el mediodía llega.
Allô París
Mano Solo
Mano Solo
Allô París,
Es tan tarde…
Con los dedos pegados al teléfono
reactivo una vez más la esperanza
de hablarte.
Aunque sé
que me deprime,
no puedo dejar
dejar de creer en ello.
La noche da sus últimas campanadas.
Iré hasta el final.
Me hubiese gustado
algo bueno.
Me hubiese gustado
que me dijeras: “Ven”
Me hubiese gustado
Y ahí, de pie, en la acera
como cada noche
te cuento la historia
de las lágrimas de calle
en los bares que apestan a
miradas enmohecidas
y cuerpos magullados.
Allô, París,
todo ha acabado.
¡Joder! Estoy cansado.
Me hubiese gustado
algo bueno.
Me hubiese gustado
que me dijeras: “Ven”
Me hubiese gustado
Allô París,
todo ha acabado
Me lo has quitado todo
incluso las ganas.
Ya no te acuerdas de nada.
Olvidas un poco más cada mañana.
Tu memoria corre por las aceras
ahogando mi deseo irrisorio.
Me hubiese gustado
algo bueno
Me hubiese gustado
que me dijeras: “Ven”
Me hubiese gustado…
Allô, París,
Todo se ha acabado.
Todo se ha estropeado.
Me hubiese gustado…
Me hubiese gustado
algo bueno
Me hubiese gustado
que me dijeras: “Ven”
Me hubiese gustado
Algo bueno
Me hubiese gustado
Que me dijeras: “Ven”
Me hubiese gustado