Accidental Babies
Damien Rice
Damien Rice
Ya ves, te recibí como a una amante,
con las manos juguetonas,
pero mostrando los codos por si acaso.
E ignoramos nuestros otros planes felices,
debido a aquella delicada mirada que dibujaba tu cara.
Nuestros cuerpos se movieron al unísiono
y se tensaron una y otra vez,
dañando incluso alguna parte de tu jardín.
No quedó lugar para el perdón,
en aquel lugar que nadie conoce,
en el que nadie sabe lo que hicimos.
¿Te has corrido alguna vez justo a la vez que él?
¿Es oscuro, lo suficiente como para apreciar tu luz
¿Te lavas los dientes antes de que te bese?
¿Echas de menos mi olor?
¿Y es tan audaz como para llegar a convencerte?
¿Sientes como si le pertenecieras?
¿Y hace que te vuelvas loca, o simplemente medio libre?
¿Y que hay de mi?
Me abrazaste como a una amante,
con las manos sudadas y el pie en el lugar adecuado.
Usamos las almohadas para ocultar nuestras "glándulas felices"
al igual que ese leve asunto llamado deshonra
que presiona y atenaza nuestras mentes,
mientras nuestra carne hace caso omiso
moviéndose al compás de los acelarados latidos de nuestros tambores.
Ya sé que te hice llorar,
y también se que algunas veces quisiste hasta morir.
Pero realmente te sientes viva sin mí a tu lado?
Si es así, síente libre.
Si no es así, déjale y vuelve conmigo,
antes de que alguno de los dos tenga accidentalemente bebés,
y dejemos de ser libres.
¿Te has corrido alguna vez justo a la vez que él?
¿Es tan oscuro, lo suficiente como para apreciar tu luz?
¿Te lavas los dientes antes de que te bese?
¿Echas de menos mi olor?
¿Y es tan audaz como para convencerte?
¿Sientes como si le pertenecieras?
¿Y hace que te vuelvas loca, o simplemente medio libre?
¿Y que hay de mi
¿Qué será de mi?
Sólo en sueños
Jaime Sabines
Sólo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro puertas
detrás de mí.
¡Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!
¡Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada, y te amo mil veces
de la misma manera distinta!
Esos sitios que tú y yo conocemos
nos esperan todas las noches
como una vieja cama
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.
Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran tu pelo
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.
Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.
A veces lo recuerdo. A veces
sólo el cuerpo cansado me lo dice.
Al duro amanecer estás desvaneciéndote
y entre mis brazos sólo queda tu sombra.
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