Chanson de Kleinzach
Los cuentos de Hoffmann de Offenbach
Alfredo Kraus - Liceu de Barcleona 1988
El camello cojito
(Auto de los Reyes Magos)
Gloria Fuertes
El camello se pinchó
Con un cardo en el camino
Y el mecánico Melchor
Le dio vino.
Baltasar fue a repostar
Más allá del quinto pino....
E intranquilo el gran Melchor
Consultaba su "Longinos".
-¡No llegamos,
no llegamos
y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres reyes se han perdido-.
El camello cojeando
Más medio muerto que vivo
Va espeluchando su felpa
Entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar,
Melchor le dijo al oído:
-Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
Al camello le dio hipo.
¡Ay, qué tristeza tan grande
con su belfo y en su hipo!
Se iba cayendo la mirra
A lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empujaba al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
-No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero, repitió el Niño.
A pie vuelven los tres reyes
Cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
Le hace cosquillas al Niño.
Yo, también como el Niño, siempre quise el camello para atravesar desiertos en la Ruta de la Seda y junto a Marco Polo ver amanecer en Samarcanda.
En fin, hoy me conformaré con leer las Ruba´iyyat de Omar Jayyam y su manuscrito de Samarcanda y ya que el Roscón de Reyes no se encuentra entre mis aficiones, descorcharé una botella de vino a la salud del viejo "fabricante de tiendas".
¡Snif!
Silk road
Kitaro
Kitaro
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