O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

domingo, 20 de marzo de 2011

De encinas, jamón, castillo y luna


Ayer, harto de no poder hacer nada ante las desgracias, impotente ante "las mentiras de los que saben" y hastiado de "la guerra que vendrá" -otra vez- y dado que el día que amanecía se anunciaba hermosísimo, la que ilumina y este -su seguro servidor- decidimos que era el momento oportuno para perdernos en las dehesas y al alba pertrechados de botas, sombreros, cantimploras y bastones dijimos nuestros pasos hacia la A-66.


Acabamos bajo la sombra antigua de "La Terrona" que con más de 800 años es el árbol más viejo de la vieja Iberia. Testigo de las peleas (siempre lo mismo) que Alfonso VIII de Castilla se traía con los almohades. La pobre tan achacosa ya que le han puesto muletas y se muestra cuasi surrealista, a la "maniera" de las alucinaciones dalinianas.



A una encina solitaria
Leopoldo Panero

La gracia cenicienta de la encina,
hondamente celeste y castellana,
remansa su hermosura cotidiana
en la paz otoñal de la colina.

Como el silencio de la nieve fina,
vuela la abeja y el romero mana,
y empapa el corazón a la mañana
de su secreta soledad divina.

La luz afirma la unidad del cielo
en el agua dorada del remanso
y en la miel franciscana del aroma,

y asida a la esperanza por el vuelo
la verde encina de horizonte manso
siente el toque de Dios en la paloma.



Subimos a la sierra y en Montánchez, luego de recorrer su castillo, rendimos honores al jamón y los secretos de ibéricos; compramos morcón y buche que nos comeremos hoy junto con unos amigos y así llenar de razones a  mi medico para que el próximo jueves que tengo revisión me fustigué a causa de la maldita tasa de colesterol.

Después, por la noche y en mitad de la dehesa, contemplamos la luna, enorme y brillantisíma, ya que -pura causalidad- como sucede solo una vez cada veintitantos años, era noche de "superluna".

¡Que día tan hermoso!



Presuntos implicados
Luna


Salvación de la primavera
Jorge Guillén

Ajustada a la sola
desnudez de tu cuerpo,
entre el aire y la luz
eres puro elemento.

¡Eres! Y tan desnuda,
tan continua, tan simple
que el mundo vuelve a ser
fábula irresistible.

...Mi atención, ampliada,
columbra. Por tu carne
la atmósfera reúne
términos. Hay paisaje.

Esos blancos tan rubios
que sobre tu tersura
la mejor claridad
primaveral sitúan.

Es tuyo el resplandor
de una tarde perpetua.
¡Qué cerrado equilibrio
dorado, qué alameda!...)

2 comentarios:

alma dijo...

:)

Desde luego que sí...a mi me ha parecido ir también

alma dijo...

:)

Desde luego que sí...a mi me ha parecido ir también