Horas mortas, noite escura
Uma guitarra a trinar
Uma mulher a cantar
O seu fado de amargura.
Me voy. Si alguien quiere encontrarme que busque un hombre taciturno sentado al lado de una mujer bella que mira todo como si fuera la primera vez y sonríe como una madonna del quattrocento en cualquiera de las tascas que a medianoche dejan escapar por sus ventanas las notas tristes de un fado para que ruede calle abajo enredándose en las faldas de las muchachas que pasean por las callejuelas de Alfama.
La primera copa corre de mi cuenta.
Vielas de Alfama
Mariza
Mariza
No hay comentarios:
Publicar un comentario