J. H. Füssli. La pesadilla
Entra la noche como un trueno...
José Manuel Caballero Bonald
Entra la noche como un trueno
por los rompientes de la vida,
recorre salas de hospitales,
habitaciones de prostíbulos,
templos, alcobas, celdas, chozas,
y en los rincones de la boca
entra también la noche.
Entra la noche como un bulto
de mar vacío y de caverna,
se va esparciendo por los bordes
del alcohol y del insomnio,
lame las manos del enfermo
y el corazón de los cautivos,
y en la blancura de las páginas
entra también la noche.
Entra la noche como un vértigo
por la ciudad desprevenida,
rasga las sábanas más tristes,
repta detrás de los cobardes,
ciega la cal y los cuchillos
y en el fragor de las palabras
entra también la noche.
Entra la noche como un grito
por el silencio de los muros,
propaga espantos y vigilias,
late en lo hondo de las piedras,
abre los últimos boquetes
entre los cuerpos que se aman,
y en el papel emborronado
entra también la noche.
Ce plaisir (ne m’est pas donné)
Bless
por los rompientes de la vida,
recorre salas de hospitales,
habitaciones de prostíbulos,
templos, alcobas, celdas, chozas,
y en los rincones de la boca
entra también la noche.
Entra la noche como un bulto
de mar vacío y de caverna,
se va esparciendo por los bordes
del alcohol y del insomnio,
lame las manos del enfermo
y el corazón de los cautivos,
y en la blancura de las páginas
entra también la noche.
Entra la noche como un vértigo
por la ciudad desprevenida,
rasga las sábanas más tristes,
repta detrás de los cobardes,
ciega la cal y los cuchillos
y en el fragor de las palabras
entra también la noche.
Entra la noche como un grito
por el silencio de los muros,
propaga espantos y vigilias,
late en lo hondo de las piedras,
abre los últimos boquetes
entre los cuerpos que se aman,
y en el papel emborronado
entra también la noche.
Bless
Ese placer (no me es dado)
Bless
Yo voy, tú vienes,
tu cuerpo se desliza entre mis manos.
Yo vengo, tú vas,
mi cuerpo fluye entre tus dedos.
Pero ya sabes,
ese placer no me es dado.
Como te puedes imaginar,
prefiero jugar sin disimular.
Yo inspiro, tú respiras,
rompo tu silencio a veces.
Caigo, me atraes,
tu deseo me llena de alegría.
Estribillo
Sueño, crees,
tus preguntas se posan sobre mí.
Si (te) induzco, reduces,
todas tus soluciones se pierden en mí.
Estribillo
Llego, me esperas,
el suspense es grande.
Vengo, al fin,
pero ya era hora.
Estribillo
Pues ya sabes,
el placer no me es dado.
Como te puedes imaginar,
prefiero jugar sin disimular.
Yo vengo, tú vas,
mi cuerpo fluye entre tus dedos.
Pero ya sabes,
ese placer no me es dado.
Como te puedes imaginar,
prefiero jugar sin disimular.
Yo inspiro, tú respiras,
rompo tu silencio a veces.
Caigo, me atraes,
tu deseo me llena de alegría.
Estribillo
Sueño, crees,
tus preguntas se posan sobre mí.
Si (te) induzco, reduces,
todas tus soluciones se pierden en mí.
Estribillo
Llego, me esperas,
el suspense es grande.
Vengo, al fin,
pero ya era hora.
Estribillo
Pues ya sabes,
el placer no me es dado.
Como te puedes imaginar,
prefiero jugar sin disimular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario