Fotografía: Paul Hiller
L'amour avec toi
Fue una primavera...
arrancaban los sesenta con la vida en bandolera...
yo tenía diecisiete y me decía: "ya eres muy mayor,
debes intentar vivir un gran amor..."
Y apareciste por un kiosco de Saint-Germain
pedimos al unísono un "Salut les compains"
y, entre canciones de Francoise Hardy
logré invitarte a un té en "Le Paradis"
Y te hablé de la poesía
de la carne y el placer...
y tú, de la alevosía
que se oculta en la mujer...
Y me enseñaste a vivir...
y me enseñaste a decir:
"J'aime j'aime, j'aime
faire l'amour avec toi".
No has cambiado nada...
tal vez una sombra de melancolía en la mirada...
aunque sigues conservando ese aire de muñeca virginal,
como una madonna rusa de Chagall...
Y más que loco me volviste el mundo al revés
cuando me sentenciaste: 'Je serai ta maítresse'
aquella noche en el "Aux Deux Magots"
después de ver la "peau douce" de Truffaut
y ahora que no voy al cine
ni es tan dulce nuestra piel,
déjame que lo adivine...
tienes un amante infiel.
Y me enseñaste a vivir...
y me enseñaste a decir:
"J'aime j'aime, j'aime
faire l'amour avec toi".
Y sin darnos cuenta,
como mercenarios han entrado a saco los noventa...
y ahora que, por fin, ya soy algunas
cicatrices más mayor
y tu una mujer pasando un mal de amor...
volvemos a encontramos pero, en esta ocasión,
yo te hablo del pasado y tú, de tu decepción
Después de recibir "les 400 coups",
Que lejos ha quedado L'amour fou,
como toda la poesía
de la carne y, el placer
que fue sólo flor de un día
que jamás ha de volver...
Y me enseñaste a vivir...
y me enseñaste a decir:
"J'aime j'aime, j'aime
faire l'amour avec toi".
Saul Leiter, Café des Deux Magots, Saint-Germain-des-Prés, 1959
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