Esta mañana te he visto. Observo que la sonrisa falsa que solías lucir se ha borrado de la boca, farsante titiritero. ¿Dónde está tu oro? Muchacho ¿dónde está tu famoso toque dorado? Al final va a ser cierto el refrán que sentencia que a cada cerdo le llega su San Valentín. En fin, te regalo una canción (de Cohen, tu preferido, no dirás que no es un detalle), al mismo tiempo y generosamente te brindo un consejo regenerador: ¿Por qué no haces un favor a la humanidad e intentas una hermosa y definitiva pirueta utilizando una cuchilla de afeitar de acero inoxidable? Porque tú has consumido todos tus cupones excepto el que parece estar escrito en tu muñeca junto con varios miles de sueños.
RAG DEL ENSAYO GENERAL CON VESTUARIO
Cuatro en punto de la tarde
y no me sentía muy dispuesto a hacer nada.
Me dije a mi mismo: ¿Dónde está tu oro?
y, muchacho, ¿dónde está tu famoso toque dorado?
Pensaba que sabías donde
yacían todos los elefantes,
pensaba que eras el príncipe coronado
de todos los engranajes de la Ciudad de Marfil.
Sólo échale una mirada a tu cuerpo ahora.
No hay mucho que salvar.
Y una voz más amarga en el espejo grita llorando:
Oye, príncipe, necesitas un afeitado.
Ahora si puedes arreglártelas para conseguir
que te obedezcan tus manos temblorosas
¿por qué no lo intentas desenvolviendo
una cuchilla de afeitar de acero inoxidable?
Eso está bien, ha llegado a esto
Sí, ha llegado hasta aquí.
Y ¿no fue ese un largo camino descendente?
¿No fue ese un extraño camino descendente?
No hay agua caliente
y la fría esta corriendo escasa.
Bueno, ¿qué esperas del tipo
de lugares donde has estado viviendo?
No bebas de esa taza.
Está resquebrajada y cascada a lo largo de todo el borde.
Eso no es la luz eléctrica, mi amigo,
eso es tu visión que se vuelve confusa.
Cúbrete la cara con jabón.
Ahí, ahora eres Santa Claus
y tienes un presente para cada uno
que te dará su aplauso.
Pensaba que eras un hombre competidor
pero no pudiste siquiera coger el paso.
Hay un funeral en el espejo
y se ha detenido en tu cara.
Eso está bien, ha llegado a esto
Sí, ha llegado hasta aquí.
Y ¿no fue ese un largo camino descendente?
¿No fue ese un extraño camino descendente?
Una vez hubo un sendero
y una chica con pelo castaño
y tu pasabas los veranos
recogiendo las frutillas que allí crecían.
Había momentos en que ella era una mujer,
oh, había momentos en que ella era sólo la niña
y tu la estrechaste entre las sombras
allí donde las frambuesas crecían salvajes.
Y tu escalabas las montañas del crepúsculo
y cantabas acerca del panorama
y por donde quiera que vagaras
el amor parecía marchar a tu lado acompañándote.
Eso es algo duro de recordar.
Sí, hace que aprietes el puño
y entonces las venas sobresalen
como autopistas cruzándote la muñeca.
Eso está bien, ha llegado a esto
Sí, ha llegado hasta aquí.
Y ¿no fue ese un largo camino descendente?
¿No fue ese un extraño camino descendente?
Aún puedes encontrar un trabajo.
Sal afuera y háblale a un amigo.
En la última página de todas las revistas
hay esos cupones que puedes enviar.
¿Por qué no te afilias a los Rosacruces?
Ellos te devolverán tu esperanza.
No puedes encontrar tu amor con diagramas
sobre un simple sobre de papel marrón.
Pero tu has consumido todos tus cupones
excepto el que parece estar escrito en tu muñeca
junto con varios miles de sueños.
Ahora Santa Claus se adelanta con una cuchilla en su mitón
y se pone sus gafas oscuras
y te muestra donde herir
y entonces las cámaras enfocan
al doble especialista.
Rag del ensayo general con vestuario.
Es sólo el rag del ensayo general con vestuario.
Sabes que este es el rag del ensayo general con vestuario.
El rag del ensayo general con vestuario.
Farsante, no de las mil, sino de doble cara:
¿Verdad que la canción parece tu biografía?
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