"Mis palabras no son sino un susurro - tu sordera un GRITO.
Puedo hacerte sentir pero no puedo hacerte pensar."
Duro como un ladrillo
Realmente no me importa si pasas de esto.// Mis palabras no son sino un susurro -- tu sordera un GRITO./ Puedo hacerte sentir pero no puedo hacerte pensar./ Tu esperma está en el sumidero - tu amor en la alcantarilla./ Así pues os lanzáis a través de los campos y/ hacéis negocios con el ganado y/ vuestros hombres sabios no saben lo que se siente/ cuando se es duro como un ladrillo./ Y las virtudes se desploman como castillos de arena/ con la destructiva marea/ la confusión moral./ La elástica retirada indica el final del juego./ Al igual que la última ola descubre/ comportamientos de última moda./ Pero tus zapatos nuevos tienen los tacones gastados/ y tu bronceada piel se pela rápidamente y/ vuestros hombres sabios no saben lo que se siente/ cuando se es duro como un ladrillo.// Y el amor que siento está cada vez más lejos:/ Soy un mal sueño como el que tuve hoy/ y mueves tu cabeza y dices que es una lástima.// Hazme volver a los años/ Y los días de mi juventud./ Descorre las cortinas de encaje negro/ y suelta toda la verdad./ Llévame a los tiempos pasados:/ déjales cantar la canción.// ¡Mira! Ha nacido un niño/ y le declaramos apto para luchar./ Tiene espinillas en los hombros/ y se mea por la noche./ Haremos de él un hombre/ metiéndole en el negocio,/ le enseñaremos a jugar al "Monopolio"/ y a cantar bajo la lluvia.// El poeta y el pintor/ proyectando sombras en el agua/ mientras el sol juega con la infantería/ a su regreso del mar./ El mercenario y el pensador sin concesiones mutuas/ como la luz del ocaso ilumina/ la creencia del mercenario/ El fuego del hogar encendido:/ la tetera a punto de hervir/ pero el amo de la casa está lejos./ Los caballos patean - su cálido aliento empaña/ el desabrido amanecer del día.// Y el poeta levanta su pluma/ y el soldado envaina su espada./ Y el más joven de la familia/ actúa con autoridad./ Construyendo castillos a la orilla del mar,/ se arriesga a que la tardía marea/ los arrastre por completo./ El ganado pasta tranquilo en la pradera/ junto al río por donde el agua de la escarpada/ montaña se dirige al mar:/ el constructor de castillos/ renueva los propósitos de antaño/ y contempla a la muchacha que ordeña/ cuya propuesta es la que él necesita./ Los jóvenes de la casa/ se han marchado a la mili/ y no volverán hasta dentro de un año./ El cándido señorito --/ cuyos pensamientos van más rápidos --/ ha ideado un plan para cambiar de apariencia./ Y el poeta envaina su pluma/ mientras el soldado desenvaina su espada.// Y el más viejo de la familia se mueve con autoridad./ Viene allende el mar,/ Desafía al hijo que le obligó a huir.// ¿Qué harás cuando el viejo se haya ido?/ ¿Te gustaría ser él?/ Y tu verdadero yo canta la canción./ ¿Te gustaría liberarle?/ Nadie se arriesga a echarte una mano -/ y el torbellino te despista.//
MÁS TARDE
Vengo de la clase alta para enmendar sus modales podridos./ Mi padre era un hombre poderoso/ a quien todos obedecían./ Así pues, ¡vengan todos los criminales!/ Les voy a enderezar como lo hice/ con mi viejo -- con veinte años de retraso./ Tu pan y agua se está enfriando./ Tu pelo es corto y arregladito./ Les juzgaré y estaré seguro/ de que nadie me juzgue a mi./ Retuercen los dedos de los pies cuando sonríen/ a alguien - al mirarte fijamente./ Ignoran que las intenciones no son llevadas a cabo/ Y te ríes despiadadamente cuando nos dices/ lo que no debemos hacer./ ¿Pero cómo se supone que debemos ver/ el camino a dónde ir?// Te veo arrastrándote por el patio con/ anillos en los dedos y/ tus suaves y finas patillas y/ tus zapatos de hebillas plateadas./ Interpretando al tipo duro,/ sigues el ejemplo del ídolo del tebeo/ que te permite cambiar las reglas.// Así pues, ¡vengan héroes de la juventud!/ ¿No quieren salir de las páginas/ de tus historietas, de tus súper héroes/ y enseñarnos a todos el camino?/ ¡Bien! Hagan su testamento. ¿No quieres?/ Únete a tu gobierno local./ Tendremos a Superman de presidente,/ Deja que Robin salve el día.// Apuestas al número uno y siempre sale./ Los otros chicos han retrocedido y/ te colocan en la primera línea./ Así que finalmente te preguntas cuán grande eres/ y ocupas tu lugar en un mundo maravilloso de grandes coches./ Y te preguntas a quién llamar.// ¡Eso! ¿Dónde demonios estaba Biggles/ cuando le necesitaste el sábado pasado?/ ¿Y dónde los deportistas/ que siempre te echaron una mano?/ Están todos descansando en Cornwall --/ escribiendo sus memorias para una edición/ de bolsillo del Manual de Boy Scout.//
MÁS TARDE
¡Mira! Ha nacido un hombre -/ y le declaramos apto para la paz./ Se le ha quitado un peso de encima/ Con el descubrimiento de su enfermedad./ Le quitaremos al niño/ lo someteremos a la prueba,/ le enseñaremos a ser un hombre sabio,/ cómo engañar a los demás.//
NOTA
Estaremos vinculados al término medio/ más que a lo excepcional./ Dios es una abrumadora responsabilidad,/ Paseamos por la sala de maternidad/ y vimos 218 niños vestidos de nailon./ ¿Están los gatos en auge?/ ¿En auge? Hipgrave, Oh, Mac.//
MÁS TARDE
En los claros círculos blancos de la maravillosa mañana,/ me siento con el señor de las colinas./ Y los soldados de ojos azules, sentados,/ ligeramente pálidos (en pequeñas y ordenadas filas)/ con chándales de tela dura./ Con sus apretados suspensorios,/ andan desgarbados pero atentos/ mientras hacen cola por sándwiches en la cantina./ Comentando ¿Cómo esta tu abuela?/ Y el viejo y buen Ernie: él suelta/ un billete de diez libras en un premio de lotería.// Las leyendas (cantadas en el antiguo himno tribal)/ yacen acunadas en la llamada de las gaviotas./ Y las promesas que inventan están enterradas/ bajo la caída del sádico./ El poeta y el hombre sabio están tras la pistola/ y señalan las primeras luces del alba./ Luce el sol.// ¿Crees en el día? ¿Crees?/ ¡Cree en el día! El Amanecer de la/ Creación de los Reyes ha comenzado./ La Dulce Venus (doncella solitaria)/ trae consigo al que no tiene edad./ ¿Crees en el día?/ El débil héroe ha regresado a la noche -/ y totalmente preñados por el día/ los hombres sabios garantizan la visión del poeta./ ¿Crees en el día? ¿Crees?/ ¡Cree en el día!// Déjame que te cuente los hechos de tu vida/ De tu amor y del tajo del cuchillo,/ la infatigable opresión, la sabiduría inculcada,/ el deseo de matar o ser matado./ Déjame cantar a los perdedores que se quedan tirados en la calle/ cuando se va el último autobús.// Las aceras están vacías:/ Las cloacas llevan líquido rojo - mientras el loco brinda por su dios en el cielo.// Así pues ¡vengan todos los jóvenes/ constructores de castillos./ Expresen amablemente el tiempo del año/ y unan sus voces en un coro infernal./ Indica la exacta naturaleza de tu temor./ Déjame recoger a tus muertos/ mientras los pecados del padre son alimentados/ con la sangre de los locos y/ los pensamientos del sabio y/ el vaso bajo tu cama.// Deja que te haga el regalo de una canción/ mientras el sabio rasga el viento y se va,/ mientras el loco con el reloj de arena/ está haciendo la santísima y/ la canción infantil empieza a sonar.// Así pues ¡vengan todos los jóvenes/ constructores de castillos./ Expresen amablemente el tiempo del año/ y unan sus voces en un coro infernal./ Indica la exacta naturaleza de tu temor./ ¡Mira! Los relámpagos del verano lanzan sus/ rayos sobre ti y la hora del juicio se acerca./ Quieres ser el loco acomodado en su armadura/ o el más sabio de los hombres que esclarece./ Así pues, ¡vengan héroes de la juventud!/ ¿No quieren salir de las páginas/ de sus historietas, de tus súper héroes/ y enseñarnos a todos el camino?/ ¡Bien! Hagan su testamento. ¿No quieren?/ Únete a tu gobierno local./ Tendremos a Superman de presidente,/ Deja que Robin salve el día./ ¡Eso! ¿Dónde demonios estaba Biggles/ cuando le necesitaste el sábado pasado?/ ¿Y dónde los deportistas/ que siempre te echaron una mano?/ Están todos descansando en Cornwall --/ escribiendo sus memorias para una edición/ de bolsillo del Manual de Boy Scout.//
POR SUPUESTO
Así pues se lanzan a través de los campos y/ haces negocios con el ganado y/ sus hombres sabios no saben lo que se siente/ cuando se es duro como un ladrillo.
Ian Anderson
Traducción al castellano: Javier de Juan Hernández
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