O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Balanceaba su vientre con ondulaciones de brisa


Gustave Moreau - Salomé bailando la danza de los siete velos

Danza de los 7 velos
(Salomé)
Strauss-Richard

... Una adolescente acababa de entrar... En lo alto del estrado se despojó del velo... Después comenzó a danzar... Sus pies pasaban, uno delante del otro, al ritmo de la flauta y un par de crótalos. Sus brazos torneados llamaban a alguien que huía siempre... Sus actitudes expresaban suspiros, y toda su persona mostraba tal languidez que no se sabía si lloraba a un dios o si moría entre sus caricias. Con los párpados entreabiertos, torcía la cintura, balanceaba su vientre con ondulaciones de brisa, hacía temblar sus dos pechos, y su cara permanecía inmóvil y los pies no se detenían... Después fue la pasión del amor, que quiere ser saciado. Danzó como las sacerdotisas de la India, como las nubias de las cataratas, como las bacantes de Lidia. Se inclinaba hacia todos lados, semejante a una flor agitada por la tempestad... Ella se lanzó hacia delante, con los talones en el aire, recorriendo así el estrado como un grueso escarabajo: y se detuvo bruscamente... Su nuca y sus vértebras formaban un ángulo... Un chasquido de dedos se oyó en la tribuna. Subió, reapareció, y, ceceando un poco, pronunció estas palabras con aire infantil: "Quiero que me des en un plato..." Había olvidado el nombre pero continuó sonriendo: "... la cabeza de Iaokanam"...

"Herodias" de Gustave Flaubert




Seducción
Kushal Khan

Tus undosos cabellos,
que a tu rostro dan sombra,
a la espalda te caen
y fulgura radiosa
tu pupila brillante,
y se ríe tu boca.


Y me embriagan los ecos
de tu voz melodiosa,
como el vino aromático,
que se vierte en las copas:
¡y qué dulce es tu beso
y qué fresca es tu boca!


Y al mirar tus mejillas,
que son hojas de rosa,
mis pupilas contemplan,
fascinadas, absortas,
los hoyuelos formados
al reír de tu boca.


Y si alguno te acusa
de tirana imperiosa
es un hombre inconstante,
cuya fe, cual la onda,
si se pierde, no vale,
el reír de tu boca.


Y tu beso dulcísimo
cual la flor, tiene aroma;
el perfume del cáliz
con que embriaga la rosa,
y las almas seduces
al besar de tu boca.


Tus traiciones olvido,
¡es tu faz tan hermosa!
cuando dices mirándome:
"¡Mis pecados perdona!"
y se ríen tus ojos,
como ríe tu boca.


Mis amigos te llaman
desleal, veleidosa,
¡mas no hay otra tan bella!
¡Toda el alma me roban
tus pupilas negrísimas,
y el reír de tu boca!



2 comentarios:

CANTACLARO dijo...

.

Bellisimo!

.

José Mª dijo...

Hola Ana Lucia, ¿Que tal por el Imperio?

Un fuerte abrazo.