O "el nido del cuco", si te gusta más.

No son las 1000 mejores canciones de la historia, ni los 500 mejores poemas, ni los 100 mejores libros, ni tan siquiera las 10 mejores películas, ni los mejores sabores, olores o sensaciones. Son lo que se me ha pegado y sigue pegándose en la piel a lo largo de las décadas que he tenido la suerte de presenciar. Algo que a modo de Jukebox virtual, en el que pueda tener a mano la música, pinturas, fotográfias, etc. que se encuentran desparramadas a lo largo del camino.
Lo que silbo al caminar.
No es nostalgia y por supuesto que, cualquier tiempo pasado tan solo fue, anterior.
Escríbeme un comentario si en algo coincidimos.

viernes, 14 de agosto de 2009

Primavera

"Todo o amor que nos prendera
Como se fora de cera
Se quebrava e desfazia
Ai funesta primavera"

La semana pasada, de madrugada, paseaba por un pueblo de Cáceres tras asistir a un festival de teatro; desde el silencio de una callejuela me llegaron las notas tristísimas de este fado en el que una mujer llora la muerte de su amante, -algunos dicen que Primavera es el FADO- a mi me recuerda el coro de las tragedias griegas. No me lo podía creer. Corrí en busca de la dueña de la voz y en mitad de una plazoleta, a oscuras, tan solo iluminada por velas, acompañada de dos músicos (un hombre y una mujer), vestida de negro y violeta desgarraba las notas del fado ante unos cien espectadores que los rodeaban sentados en la escalinata de una iglesia renacentista.
Me senté a escasos dos metros de ella (Roçário, es su nombre y no es portuguesa sino de la raya -Cáceres-), podía sentir su respiración mientras desgranaba una selección de fados clásicos. No era Mariza, pero todavía siento escalofríos...

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