era el torrente ahogado que gargarea,
era el retorcerse de la hoja quemada,
era el caballo moribundo.
Bien no supe, fuera del prodigio
que abre la divina Indiferencia,
era la estatua de la somnolencia de la tarde,
Bien no supe, fuera del prodigio
que abre la divina Indiferencia,
era la estatua de la somnolencia de la tarde,
y la nube, y el halcón elevado en lo alto.
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