Leonardo Alenza - Sátira del suicidio romántico
El tonto de la colina
Día tras día, solo en una colina
el hombre de estúpida sonrisa permanece absolutamente inmóvil,
pero nadie quiere conocerlo,
creen que es solamente un tonto.
Y él nunca responde,
pero el tonto de la colina observa cómo se oculta el sol
y los ojos en su cabeza observan al mundo girar.
Bastante avanzada su cabeza en las nubes,
el hombre de las mil voces habla perfectamente alto,
pero nadie nunca lo escucha a él
o al sonido que parece hacer,
y él nunca parece darse cuenta.
Pero el tonto de la colina observa cómo se oculta el sol
y los ojos en su cabeza observan al mundo girar.
Y a nadie parece gustarle,
pueden adivinar lo que va a hacer,
y él nunca muestra sus sentimientos.
Pero el tonto de la colina observa cómo se oculta el sol
y los ojos en su cabeza observan al mundo girar.
Girar, girar, girar, girar...
Él nunca los escucha
sabe que los tontos son ellos,
y a ellos no les gusta,
pero el loco de la colina observa cómo se oculta el sol
y los ojos en su cabeza observan al mundo girar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario